La nueva variante del coronavirus del Reino Unido es preocupante pero no es más peligrosa

 

A partir del 14 de diciembre, el secretario de Salud del Reino Unido, Matt Hancock, anunció por primera vez que la variante, llamada B.1.1.7, podría estar relacionada con una propagación más rápida que los funcionarios estaban viendo entre las personas. En los días posteriores, surgieron pruebas que respaldan esa hipótesis, lo que llevó a los funcionarios a implementar medidas de salud pública más estrictas para frenar las nuevas infecciones, incluida la restricción de reuniones de personas que no viven en el mismo hogar. Sin embargo, esta noticia creó una gran alarma, no solamente en ese país, sino en Europa y el resto del mundo, mucho más cuando se encontraron en muestras de pacientes de diferentes países esta cepa viral. 

Ante esta noticia, es necesario conocer que existen reales razones para pensar que no es tan peligrosa como la cepa original. Esto se debe a que los expertos están monitoreando de cerca la nueva variante y han encontrado lo siguiente:

1. Se desconoce si causa una enfermedad más grave o más leve.

Una mutación en B.1.1.7 conduce a una versión más corta de una proteína viral llamada ORF8 que la que se ve en otras variantes. Pero no está claro qué hace ORF8 durante una infección. Algunas modificaciones en ORF8 en realidad se han asociado con síntomas menos graves de la enfermedad.

Actualmente no hay evidencia que sugiera que la variante cause una enfermedad más grave.

2. Tampoco hay evidencia de que las vacunas sean menos efectivas contra ella.

A la variante del Reino Unido le faltan dos aminoácidos que son objetivos de los anticuerpos neutralizantes, proteínas inmunes que impiden que el virus se convierta en una célula hospedadora. Pero nuestros cuerpos pueden atacar una amplia variedad de superficies del coronavirus para controlar la infección.

3. Las medidas de salud pública, como las máscaras, ayudarán a evitar que la variante se propague.

Incluso si queda claro que B.1.1.7 es más contagioso que otras versiones del coronavirus, el uso de máscaras y el distanciamiento social seguirán siendo herramientas cruciales para frenar su propagación. Los funcionarios pueden tener que pensar en introducir medidas adicionales, pero serán el mismo tipo de medidas, potencialmente más a menudo y más estrictas.

 

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