LA VACUNA CONTRA CORONAVIRUS… ¿UNA CARRERA DE VELOCIDAD O UN MARATÓN?

A partir del 10 de enero de 2020, cuando los científicos chinos publicaron la secuencia del SARS-CoV-2, los investigadores de vacunas se prepararon inmediatamente para iniciar una competencia para obtener la primera vacuna contra el virus causante de la pandemia del siglo XXI, de la cual, aún no tenemos ni la información detallada de sus resultados, ni vislumbramos claramente las implicaciones económicas y políticas que están envueltas. Sin embargo, muchos se preguntan, y con razón, que conviene más para este gran propósito, ¿una carrera de velocidad sin mirar mucho las aristas involucradas, es decir, que se puede anteponer la velocidad a expensas de la seguridad y de la eficacia; o un maratón, que garantiza mejor esos dos últimos parámetros, pero la demora del resultado final puede ser fatal para la humanidad?

Hasta la fecha de la preparación de este articulo (13 de septiembre), la pandemia ha causado más de 28,8 millones de casos positivos y más de 921 mil fallecidos a nivel mundial. La meta en esta carrera sigue siendo una vacuna segura y eficaz. Con casi 180 candidatos a vacunas que ahora se están probando en placas de laboratorio, animales e incluso ya en humanos, ese final puede estar a la vista.

En este sentido, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, sorprendió al mundo cuando anunció el pasado 11 de agosto que su país ha registrado una vacuna contra el coronavirus, la cual es la primera vacuna registrada en el globo terráqueo. A partir de este acontecimiento, lamentablemente, en lugar de examinar la ciencia que existe detrás de la plataforma de vacunas basadas en vectores adenovirales que Rusia ha desarrollado, algunos políticos y medios de comunicación internacionales optaron por centrarse en la política y en los intentos de socavar la credibilidad de la vacuna rusa, incluso, sancionar al Instituto involucrado.

Este artículo tocará todos estos elementos que están convirtiendo la posible solución a la pandemia en un coctel impredecible y peligroso, debido a que la geopolítica mundial puede ser mucho más mortífera que la misma pandemia.

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