LAS ZONAS ECONÓMICAS ESPECIALES EN CHINA… UN PAÍS, DOS SISTEMAS

Las Zonas Económicas Especiales (ZEE) pueden definirse como regiones geográficas delimitadas, cuyas leyes económicas son más abiertas al extranjero en relación con aquellas que son aplicadas de forma general en el país. En otras palabras son regiones que ofrecen un trato preferencial al capital extranjero que incluyen, por ejemplo, excepciones para importación de material y la exportación de productos, mano de obra a menor costo, eliminación de impuestos, durante los primeros años de operación, para aquellas empresas que estén en sociedad con las empresas locales o el Gobierno y el aporte de la infraestructura requerida para las operaciones de manufactura y transporte de mercancías (1).

La relevancia mundial a las ZEE fue lo acontecido en China, cuyo gobierno liderado por Deng Xiaoping, decidió crear sus propias ZEE bien seleccionadas, planificadas y manejadas con firmeza y constancia. Este manejo fue necesario y logró convertirse, en tiempo record, en una economía desarrollada. Pasó de ser en 1978, una economía basada en la agricultura, de tecnología muy básica, con una población 80% rural, de un ingreso nacional per cápita (INBpc, antes PIBpc) de 200 US$ a una economía para el año 2018 (40 años después) industrializada con alto nivel tecnológico y de servicio, el 60% de su población en las áreas urbanas y con un INBpc de 9.600 US$, lo que hace que sea reconocido como la segunda economía mundial (https://datos.bancomundial.org/pais/china).

Pero ¿Cómo China logró ese asombroso cambio? China no creó las ZEE y en el mundo se crearon otras zonas pero ninguna alcanzó los grandes progresos económicos, que logró el ahora llamado Gigante Asiático. Entre 1978 y 2019 el Producto Interno Bruto (PIB) de China pasó de aproximadamente de 149.541 millones de dólares a 14.343 billones de dólares (https://datos.bancomundial.org/pais/china).

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